Por los Montes Malditos

El cordal de montañas entre los picos de Alba y Russell, y donde se encuentra la máxima altura del Pirineo, son llamados desde antiguo como los Montes Malditos. Este nombre provendría del miedo que antiguamente provocaron estas montañas a los primeros aventureros que las recorrieron.

Para allá que nos vamos. Y es que tenemos en mente subir a dormir al Aneto, para intentar facilitar en la medida de lo posible la aclimatación que en breve vamos a necesitar en las grandes montañas del Pamir.

Y ya de paso, vamos a recordar lo que supone llevar un mochila de dimensiones considerables, a la que en breve nos tendremos que acostumbrar...

Empezamos nuestra ascensión por el sendero que asciende al ibón de Cregüeña, localizado en un escondido y bello rincón del valle de Benasque. Llegamos al ibón en algo más de 3h, con bastante frescura aunque el peso de la mochila se hace notar. 





De la boca del ibón subimos en dirección Este hacia los contrafuertes del pico Bondidier, para llegar al Ibón de Cordier, que casi siempre se encuentra helado y que presenta una buena capa de hielo y nieve a pesar del calor del verano.

El terreno es muy pedregoso y del ibón y ascendemos por una morrena de piedra inestable para llegar a la base de la cara Oeste de la Maladeta. Se trata de una pared completamente rota por la que hay que trepar y en la que hay bloques de granito de grandes proporciones en un equilibrio bastante precario. Vista de abajo parece increíble que se puedan mantener en su sitio todos esos bloques de roca. Escalamos la pared intentando tocar lo menos posible para llegar enteros arriba. Encima se nos han olvidado los cascos, pero por fortuna no resultan necesarios...


 Pared oeste de la Maladeta


Superamos la muralla de la Maladeta y llegamos a su cima. Desde la que se domina todo el glaciar del Aneto. Hacemos las fotos de rigor y continuamos la cresta hasta el Pico de Abadías, nuestro 2º 3000 de la jornada. La cresta no es muy dificil y más que nada es caminar sobre grandes bloque de granito, pero llegando a la brecha entre los dos picos si que tiene algún destrepe donde hay que pasar un poco concentrado.



 Aneto y Pico Maldito desde la Maladeta


Subimos al pico de Abadías por terreno bastante inestable y un corto tramo de cresta, nuestro próximo objetivo era la arista del Pico Maldito, pero son las 6 de la tarde y va a ser que no hay tiempo para eso si queremos llegar a dormir a la cima del Aneto.

Además la mochila que llevamos a hecho poco a poco mella en nuestros músculos y nuestra voluntad y decidimos bajar al glaciar del Aneto para dirigirnos al Aneto de forma más directa.



 Pico de Abadías

 En el glaciar del Aneto

 Glaciar el Aneto y Maladeta de fondo

 Llegando al paso de Mahoma


Llegando al Aneto comprobamos cómo a alguno más se le ha ocurrido eso de dormir aquí arriba y de hecho estamos más de 10 personas... Y la verdad es que no hay demasiados sitios ahí arriba para tumbarse cómodamente, pero conseguimos un espacio relativamente confortable sobre una roca de granito bastante horizontal para plantar la tienda.







El atardecer es espectacular, aunque estamos bastante cansados y tras meterse el sol cenamos algo y nos vamos directos al saco de dormir. Estamos relativamente cómodos pero esto no es la cama de un hotel y pasamos la noche lo mejor posible dentro de las circunstancias.


 Montañas sobre el valle de Arán. Al fondo el Mont Valier que ascendimos este invierno y en primer plano la Forcanada con los últimos rayos de sol

 Mont valier

 Besiberris y sector AigüesTortes y la sombra proyectada del Aneto 

 La sombra del Aneto se recorta en el horizonte

 Besiberris

 Cotiella al fondo e ibón de Coronas en primer plano

 El Pirineo es plena puesta de sol

 Macizo de Neouvielle ala izquierda,  en plena puesta de sol tras el Perdiguero

 Panorámica


El atardecer desde este magnifico balcón es un momento impresionante, único sin duda. Vemos como poco a poco como el sol va bajando y la luz se vuelve más cálida, hasta que se oculta detrás del Pico Perdiguero. La temperatura baja tras ocultarse el sol y nos metemos en la tienda a dormir.

Por la mañana siguiente el espectáculo vuelve a la cima del Aneto y en este caso el sol aparece por encima del Vall D´Aran y nos vuelve a bañar con su luz.




Amanece y tenemos un largo día por delante. Desayunamos y nos preparamos para salir. No hemos dormido muy bien y el peso de la mochila nos ha dejado bastante baldados, aunque para nuestro siguiente objetivo no tenemos que llevar nada, ya que tenemos que volver a pasar por la cima del Aneto.

Nos dirigimos a la Espalda del Aneto, para lo que hay que bajar unos 70 metros hasta una brecha de la que se asciende a esta insignificante cota. Desde esta cima se puede observar el resto de la arista que une el Aneto con la arista de Salenques.


 Llegando a la Espalda del Aneto.

 El Aneto desde la Espalda.

 Besiberris y montañas de Aigüestortes

 Arista de Salenques desde la cima de la Espalda

 La Espalda volviendo al Aneto


De la cima del Aneto, volvemos a recorrer el paso de Mahoma y bajamos al collado de coronas. Del collado bajamos haciendo una travesía que busca el collado de Cregüeña. Ese recorrido es bastante incómodo y transcurre sobre grandes bloques y pedreras y posiblemente sea más conveniente bajar a los ibones de Coronas para ascender al collado desde ahí.

Del collado ascendemos al Pico de Aragüels, otro 3000 que nos había quedado por ahí pendiente y desde el que hay unas magníficas vistas del ibón de Cregüeña. 



 Pico Maldito y Aneto desde el pico de Aragüels

 Ibón de Cregüeña


Del collado de Cregüeña, bajamos siguiendo un sendero de hitos en la inestable pedrera y que hay que seguir con atención, ya que el el terreno es un poco delicado.

 Ya abajo, bordeamos el ibón de Cregüeña, que nos parece realmente gigante e interminable. No hay un camino muy definido y continuamente tenemos que cruzar grandes predreras inestables y saltar de bloque en bloque.

El cansancio se va acumulando y ya pesan las horas. Recorrer la orilla del ibón nos lleva algo más de 1 hora y llegamos a la conclusión de que tiene que ser uno de los ibones más grandes del Pirineo.



 Perdiguero desde el ibón de Cregüeña

Maupas de pico de Boum 


Terminamos la jornada con el descenso por el camino del valle de Cregüeña. Es un camino bastante duro e incómodo y la puntilla para estos dos días.

Llegamos al coche realmente reventados, con un palizón que hacía tiempo que no recordábamos, pero bueno, nos vendrá bien para lo que nos viene encima en breves fechas... jeje, sarna con gusto no pica.

El colofón a estos dos días de alta montaña, como no podía ser de otra manera, es una magnífica cerveza Franciscaner de 500ml metida en el río, sin duda el mejor final posible.







4 comentarios:

  1. Una actividad preciosa y unas fotos magníficas, a la vuelta hacemos una salida así, pero con otra Franciscaner para el vivac ;) Abrazos!!

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    1. Claro Laura, eso no es problema... Medio kilito más no irá a ninguna parte... jeje ;)

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  2. Espectacular excursión y repor fotográfico. La sombra del Aneto guapísima...

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    1. Gracias!! Por algo es el "gigante de los Pirineos" Abrazos!!

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