SAN SALVADOR Y LIZARA

Este fin de semana necesito escapar más que nunca. Los partes meteorologicos anuncian fuertes nevadas en el pirineo y mal tiempo y aprovecho para disfrutar de la soledad del bosque otoñal de San Salvador, en San Juan de la Peña y del gelido invierno y la incomunicación del refugio de Lizara, junto al Bisaurín. San Salvador es un bosque mixto de pinos, robles, hayas y abetos de espectacular belleza. El camino sepentea entre las paredes de conglomerados y recorre el bosque hasta el collado entre las cimas de Cuculo y San Salvador. El bosque está plagado de setas, que con el frio y el proximo manto de nieve, tienen las horas contadas. En la cima y ante la fuerte ventisca me refugio dentro de la ermita de San Salvador.

La Ermita de San Salvador, se asienta a 1.546 metros de altura, en la cima del pico del mismo nombre. Pertenece al pueblo de Santa Cruz y se trata de un edificio rectangular, probablemente de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII. Su ubicación en la cima de la montaña, así como su advocación a Cristo Salvador del Mundo y del Hombre, ha sido interpretado como un lugar dedicado al culto a los muertos y el más allá.

En el camino hacia la ermita de San Salvador se encuentran los restos del antiguo pozo de nieve, utilizado en el monasterio para la conservación de alimentos y fines medicinales.


Bella pero mortal

Bosque Otoñal
Nieva en el collado de San Bartolomé
El bosque se transforma del otoño al invierno

La nieve limpia el paisaje y el alma con su manto blanco
Arrecia la nevada













Y tras la bonita y recogida excursión en San Juan de la Peña me voy a Lizara. Cuando llego allí nieva suavemente, pero durante la noche intuyo que cae con ganas. Tras una noche nevando, salgo de la furgo y me encuentro todo repleto de nieve.
Ha ocurrido lo evidente, me quedo aislado en ese lugar desde el sabado por la noche hasta el Martes por la tarde, ya que no hay quitanieves disponible en Aragües del Puerto, pero paso 3 bonitos días con los guardas del refugio, Jorge y Alfredo. Salomé, Javi y Raquel nos acompañan el primer día, pero después deciden descender andando a Aragües, dejando los vehículos en el lugar.



Furgoneta en el amanecer del domingo
Una caminata hacia el Bisaurín
la ventisca es importante
En el refugio el fuego y la compañía reconforta
Y el segundo día hay mucha mas nieve
Desde el interior del calido refugio. El guarda Jorge y el cocinero Alfredo son gente de Puta Madre!!

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