Las nevadas han dejado el piri cargado de nieve y decidimos irnos al aragones valle de Ansó, para ascender una montaña raramente visitada por los montañeros, que normalmente aspiran a ascender cumbres más altas y conocidas como la Mesa de los Tres Reyes, el Petrechema o Acherito.
El Mallo de Gorreta es una muralla de roca caliza que asemeja un castillo inexpugnable. Su ascensión no resulta especialmente complicada pero en invierno puede implicar un par de largos de nieve dura o hielo. La muralla presenta unicamente un punto debil, un estrecho corredor de nieve y hielo en la vertiente Oeste, de unos 120 metros de desnivel y que resulta invisible hasta que no te introduces en su interior.
Al fondo, aun lejos, el Mallo
Llegamos a la cima relativamente tarde, lo que no es raro si tenemos en cuenta que hemos salido también tarde del coche, por lo que casi no hay tiempo de disfrutar de la cima. Arriba hace frio y nos quedan varios rapeles para bajar, por lo que tras varias fotos nos apresuramos a comenzar el descenso. Tras descender de la brecha de gamueta, ya solamente queda caminar hasta el coche al que llegamos con las ultimas luces del día.