Por el valle de Aure - Neouvielle

Antes de la última expedición, realizamos una última salida de montaña, para ascender uno de los dos tresmiles que nos quedan por ascender en el sector de Neouvielle-Pic Long, el Pico de Ramoung. Y para allá que nos vamos con el amigo Francis.

El Ramoung es una cumbre de granito bastante escarpada por todas sus vertientes y sin duda una cima preciosa, aunque queda eclipsada por la cercanía del Neouvielle, que le supera en 180 metros. Decidimos ascender desde el lago de Aubert por su cara Este, para descender por la arista Oeste y conectar con la cumbre del Neouvielle y cerrar así una preciosa circular.

La ruta por la cara este asciende por una chimenea en mitad de la pared y luego realiza un zig-zag izquierda derecha por unas viras sencillas y termina por otra chimenea. No tiene dificultades muy grandes pero hay que prestar atención y la roca es bastante buena. Nosotros llevamos una cuerda auxiliar de 30 metros pero no la utilizamos.

Después se desciende por la ruta normal de la arista Oeste a la brecha entre el Ramoung y el Neouvielle donde hay alguna placa de granito bastante lisa que hay que atravesar. De la brecha más cercana al Neouvielle se asciende al Neouvielle en una sencilla trepada.

Una circular que sin duda deja un sabor imborrable en uno de los rincones más bellos del Pirineo.

 Salimos del Lago de Aubert en dirección a la cara Este de la montaña

 Preciosas montañas en el horizonte del valle de Aure

Vira por la que abandonamos la chimenea

Chimenea inicial

 Saliendo a la cima del Ramoung

 Placas lisas en una de las brechas

 Brecha entre Ramoung y Neouvielle

 El Ramoung desde la subida del Neouvielle

Llegando a la cumbre del Neouvielle


Al día siguiente nos dirigimos al solitario valle de Lassas para acender al Pic dÁret. Hace tiempo que  tenía esa montaña en la agenda y por una razón u otra, aun no habíamos ido. Salimos del final de la pista que sube de Tramezaygues.

La ascensión es sencilla, siempre que no haya nieve ya que es un valle muy propicio a avalanchas y siguiendo siempre un pequeño sendero por la margen orográfica izquierda. Cerca del ibón de Sarroues se toma el valle que aparece a la izquierda ascendiendo hasta un pedregoso collado desde donde se sigue la pedregosa y rota arista sur de la montaña, que se alcanza en sencilla trepada.

En definitiva bonita ascensión por un terreno amable y en un lugar bastante solitario. Una gozada después del pedregoso terreno del día anterior.

 Lirio pirenaico

 Ascendiendo por el valle de Lassas

Cresteando cerca de la cima

Monte Perdido desde el Pic d´Aret

Descendiendo el valle de Lassas







Monte Perdido y alto Sobrarbe

Después de nevada tras nevada, nos encontramos que ya se ha pasado el invierno y de repente y casi sin querer nos encontramos en pleno verano. Así que para terminar con buen sabor la temporada de piolos, nos vamos a la cara norte del Monte Perdido.

Hace mucho calor así que decidimos subir desde Pineta del tirón, saliendo muy temprano. Tan temprano como que a las 23:30h de la noche ya estamos andando. La subida se hace muy llevadera con el frescor de la noche y en poco más de 3 horas nos plantamos en el Balcón de Pineta. 

De ahí a la base de la norte queda poco y a mitad del primer corredor nos sorprende la luz del alba en el horizonte. 

La nieve se mantiene bastante dura durante las horas nocturnas y subimos bastante rápido y sin asegurar. En el último corredor ya nos calientan los primeros rayos de sol y encontramos un tramo ya sin nieve (normal a final de temporada) donde ponemos mucha atención por la mala roca que presenta.   

A las 7:00h estamos en la cima. Ha sido una ascensión que en el tramo final se ha hecho dura, pero preciosa y buen colofón para esta temporada, en la que no hemos podido hacer mucha montaña.



 En el glaciar intermedio una vez superado el primer corredor


 Amanecer con la Munia de fondo


 Primeros rayos de sol incidiendo en la montaña, comenzando el último corredor de la ruta


 Tras la escalada en terreno descompuesto cogemos las últimas lenguas de nieve


 Saliendo de las últimas fuertes pendientes, con la cara Norte ya a nuestros pies


 Amanecer sobre el valle de Pineta


 Panorámica hacia Pineta con el Soum de Ramond en primer término y la sierra de los Verdes y Cotiella de fondo


 Últimas pendientes a la cumbre


 Panorámica hacia Pineta


 En la cumbre del Monte Perdido disfrutando de buenas vistas


 Bajo la cara Norte del Monte Perdido


 Embudo final en el acceso al Balcón de Pineta


 Descendiendo del Balcón de Pineta


 El camino del balcón de Pineta se muestra como siempre espectacular


Al día siguiente necesitamos un lugar en el que soltar un poco las piernas de la dura jornada anterior y encontramos el lugar perfecto en el pico de Bataillence, donde realizamos un recorrido circular subiendo por el ibón de Salcorz y bajando por el antiguo puerto de Bielsa.

Un terreno muy diferente al del día anterior y donde disfrutamos de una relajada jornada de montaña.

 En algunos lugares aflora el color rojizo del abundante hierro que contiene el subsuelo y que arrastran las aguas


 Cresteando entre el pico Salcorz y el Bataillence


Descenso a la boca sur del túnel de Bielsa por el barranco de Pinara


Un fin de semana perfecto en el alto valle del Sobrarbe.



Boyan Petrov

Los últimos días han tenido un cierto sabor agridulce. Me ha pasado a menudo en el mes de mayo, que coincide con la temporada de expediciones al Himalaya.

Y es que al éxito de algunos amigos, como el de Javier Camacho con su reciente y exitoso ascenso al Everest (en estos momentos se encuentra bajando hacia el campo base), se unen pérdidas como fue la de Iñaki Ochoa de Olza en el Anapurna (cuyo Xº aniversario se cumple el próximo 23 de mayo) o la muy reciente del bulgaro Boyan Petrov en el Shisha Pangma.

Coincidimos con Boyan en el año 2010, en nuestra primera expedición al Pamir. Él se encontraba en ese mismo lugar ascendiendo el Pico Korgenevskaya y el Pico Ismail Somoni o Comunismo. Ese año no le conocimos. No llegamos a coincidir porque pasaba casi todos los días en la montaña.

Se hablaba de un todopoderoso búlgaro, que siempre estaba en la montaña y con el que nunca coincidimos. La gente no sabía a ciencia cierta donde estaba y recuerdo que en algunos momentos llegamos a pensar que habría desaparecido en la montaña y nunca aparecería.

Lo recuerdo perfectamente porque en esa temporada fue la primera persona en ascender tanto el Korgenevskaya, como al exigente pico Comunismo. Los demás fuimos unos días más tarde. Siempre guardé en mi memoria que ese año un búlgaro invisible que debía ser una bestia, había ascendido solo y abriendo huella esos dos 7000´s del "leopardo de las nieves".

Pero el destino quiso que nos volviésemos a encontrar y el año pasado, coincidimos con Boyan en el Gasherbrum 2. De hecho fue quien nos dio la bienvenida con una gran sonrisa al llegar al campo base después del trekking de aproximación. En el G2 Boyan también iba por libre... Nos echábamos las manos a la cabeza cuando lo veíamos caminar solo por el glaciar de los Gasherbrum. Se le veía muy seguro de si mismo, en una actitud que parecía un poco suicida, pero era su manera de ascender estas grandes montañas, en solitario y sin ningún tipo de ayuda externa. Era un tío fuerte de verdad.

Antes del intento general de ascenso a la cima del G2 él ya lo había intentado en solitario, quedándose a 150 metros de la cima. Abriendo huella desde abajo hasta arriba. Después de su ascenso bajó al base y recuerdo un incidente al darle un bajón de glucosa. Boyan era diabético y empezó a convulsionar mientras todos lo mirábamos sin saber que hacer. Después de unos minutos de impotencia absoluta en los que no sabíamos que hacer (y en los que yo pensaba que se moría allí mismo), se recuperó y nos explicó que era diabético y que si le llegamos a pinchar insulina, que es lo que pensamos inicialmente, lo matamos. Más vale que nos quedamos como auténticos gilipoyas sin hacer nada...

Ese año fueron pocas las personas que quisieron colaborar para equipar la montaña y Boyan fue una de ellas y equipó la banana entre el campo I y el campo II.

Después de su primer intento y casi sin más tiempo para intentarlo, consiguió llegar a la cima y compartimos el trekking de regreso con él. No llegamos a conocerlo mucho, pero un rato con él daba para ver que además de fuerte y duro, se trataba de un tío sincero y humilde de los de verdad. En el trekking sufrió otro ataque por un bajón de azúcar mientras dormía, pero esta vez ya supimos que hacer, ¡un buen chute de azúcar!.

Nos despedimos en Shaitcho, sin saber que sería la última vez que nos veríamos, por fortuna o por desgracia así suele ser. Ese otoño aún le dio tiempo de ascender el Dhaulagiri en su meteórica carrera de los ochomiles. Ya llevaba ascendidos 10 de ellos,  a priori los más comprometidos, en 9 años de ascensiones.

Antes de su expedición al Shisha Pangma contacté con él para intentar coincidir en el Himalaya el próximo otoño. Tenía por delante el Shisha Pangma y el Everest en primavera y el Khan Tengri y el Pobeda en verano. Sabía lo que eso suponía y sus palabras fueron que si conseguía sobrevivir a todas esas montañas, nos veríamos en otoño en Kathmandú... pero va ser que ya no nos veremos.

Después de dos semanas desaparecido en el Shisha Pangma, ya no hay esperanzas de encontrarlo con vida. Su desaparición ha conmovido a mucha gente que le conoció y de hecho se activó un rescate sin precedentes que incluyó el vuelo de helicópteros desde Nepal al Tíbet. Algo que habría resultado impensable antes, por ser una frontera completamente hermética. 

A pesar del esfuerzo no se le ha podido encontrar. Su pista se pierde entre el campo III y la cima del Shisha Pangma.

Aquí va mi pequeño recuerdo para él.

¡¡Vuela alto Boyan!!.









Anie primaveral

Parece que ahora si, ha entrado la primavera y con mucha fuerza, así que volvemos a todo un clásico primaveral.

Toda una delicia que disfrutamos a tope a pesar de que el calor ha dejado la nieve convertida en un chapapote... 



 Karst de Larra suavizado por la gran cantidad de nieve caída durante el invierno


 Ascendiendo la pala final del Anie


Patxi llegando a cumbre





Pico de Lenito


Seguimos en la misma tónica de constantes borrascas atlánticas que nos acompañan desde el mes de diciembre y hay que pensar mucho donde se va, porque el riesgo por aludes de placa es importante.

Así que como hay bastante nieve, nos vamos al valle de Hecho, al pico de Lenito. Tiene la ventaja de que no tiene demasiada altura, poco más de 2300 mts y al ser una cara sur, el sol asienta la nieve más rápido.

El día no se anuncia nada bueno, pero por lo menos entre la fina ventisca podemos vez el sol en algunos momentos y disfrutamos de lo lindo, seguramente más por las ganas que tenemos que por el día que hace, pero habrá que conformarse...


 Saliendo del bosque


 Otro día de abrir huella


 Ascendiendo del collado de Lenito


 Sobre el collado en una sección más empinada


 Aguerri y Bisaurín que presentan abundante nieve para ser mediados de marzo


 Rellano antes de la pendiente final


Últimas pendientes antes de llegar a la cima de Lenito






Nuevo libro de Jorge Egocheaga


El montañero asturiano Jorge Egocheaga ha escrito un nuevo libro, después del que hace años ya escribió y titulado "8 Cumbres para un sueño" y en el que narra sus ascensiones a las cumbres más altas de cada continente desde su visión siempre interesante.

Para el que no le conozca, decir que Jorge Egocheaga es un pedazo de médico y de alpinista, y sin duda mejor persona, que aparte de dedicar su tiempo a hacer lo que más le gusta, que es escalar montañas, también ha dedicado parte de su vida a ayudar a los más desfavorecidos, los niños de los países más miserables y pobres del mundo.

Ahora publica un libro titulado "Quizás vivir sea ésto" y en el que habla de sus experiencias ascendiendo los 14 ochomiles, y donde destaca la experiencia humana que eso le ha supuesto.

Todos los beneficios del libro serán para dar becas a niños de una de las zonas más pobres y deprimidas de Nepal, en la región del Makalu, esperemos que su venta sea un éxito.

A Jorge no le gusta que se hable de él. Es una persona que está en las antípodas del postureo y del exhibicionismo barato que tanto éxito tiene en  internet y en las redes sociales y de hecho me siento un poco mal hablando de él porque es como una pequeña traición, pero todo sea por dar a conocer a algunas personas más su libro y poner un pequeñísimo granito de arena para conseguir que su venta sea un éxito.


Jorge tras su ascensión en recuerdo de Iñaki en el pico Korgzenevskaya


El libro por el monento está disponible en varias librerías de Oviedo, pero se irán ampliando próximamente los puntos de venta.

Para más info, visitar la web: https://quizasvivirseaesto.com/

En esta página web es posible comprarlo https://www.cervantes.com/libro/9788469795095/quizas-vivir-sea-esto/

Mientras no esté disponible en otras ciudades, se puede comprar por internet. Los beneficios de venta del libro son, como ya he indicado, para las becas de los niños en Nepal y por 25 € más unos gastos de envío de 4 €, lo podréis recibir en vuestras casas.





Seguimos buscando un poco de sol en un invierno bien oscuro. Pero parece que por el momento no aparece.

Pero bueno, después de la tempestad seguro que vuelve la calma, o eso dicen.
















El invierno empezó perezoso, pero poco a poco ha ido cogiendo fuerza y los fines de semana no han sido demasiado buenos para salir a la montaña.

En el mes de diciembre hacemos una fugaz escapada a los Alpes, al impresionante macizo de la Meije, pero las condiciones después de las nevadas no son buenas y oímos crujir las placas de nieve constantemente, así que después de un par de salidas optamos por volver a nuestro querido Pirineo.


 Ciudadela de Carcassonne camino de los Alpes


 Camino de Plateau de Emparis frente a la Meije


 El pequeño pueblo de "Le Chazelet" frente al macizo de la Meije


 Camino del refugio de Aigle, en la Meije Oriental


De vuelta a los Pirineos vuelve la nieve que tanto ha escaseado hasta finales de diciembre, pero podemos hacer varias salidas por el valle de Anso o Panticosa.


 Sierra de Telera

 Ascendiendo al pico de los Verdes con el Pico de las Escuelas detrás 

 Ascendiendo al pico de los Verdes

 Pico de los Verdes frente a la sierra de Tendeñera


Ventisca en la cima del Verde


 Dientes de los Batanes


Y por último, una visita a Txamantxoia, en el Pirineo Navarro, una montaña que nos sirve de refugio cuando el resto del Pirineo está en muy malas condiciones, como el pasado fin de semana. 

El viento siempre es implacable en su cima pero nos permite seguir a tono con el invierno.