En esta ocasión nos vamos al valle del río Ara, para desde San Nicolas de Bujaruelo, ascender al Vignemale a través del corredor de Ledormeur.
Las altas temperaturas de las últimas semanas, están derritiendo mucha nieve y eso unido a la escasez de nevadas hace que cada vez sea más complicado encontrar sitios en los que encontrar buenas condiciones.
El valle del ría Ara es demasiado largo para plantearnos hacer la salida en el día, así que la tarde anterior, subimos a dormir en la zona de la cabaña de Cerbillonar. Encontramos la cabaña en bastante mal estado, con las puertas rotas y mucha nieve en su interior, así que finalmente optamos por poner la tienda de campaña para lo que debemos encontrar un sitio adecuado.
No hay un alma en el valle y la tranquilidad que respiramos en absoluta mientras se ponen las últimas luces sobre las montañas de la zona de Brazato.
Ascendiendo por la pista del valle del río Ara
Llegando a la cabaña de Ordiso, ya avanzada la tarde
Por fin vemos en Vignemale (realmente el pico Cerbillona) y la vertiente del corredor de la Moskowa, por la que mañana bajaremos
Tras llegar a la cabaña de Cerbillonar, buscamos un lugar lo más plano y seco posible y montamos la tienda de campaña, mientras se ponen las últimas luces hacia la zona de Brazato.
Por la mañana no madrugamos demasiado. El corredor es completamente norte (NW para ser más exacto) y no le da el sol en todo el día, además el día va a ser frío, así que las condiciones de la nieve van a ser buenas y además, porqué no decirlo, el saco de dormir se pega más de la cuenta y hay pocas ganas de madrugar...
Desayunamos y sobre las 8 h salimos hacia el corredor, teniendo que recorrer lo que nos queda de valle casi hasta el fondo.Tras 1 hora empezamos a ascender las fuertes pendientes que nos llevan al circo NW del Vignemale, que está realmente escondido.
La nieve está dura y progresamos rápido, no como ayer a la tarde por el valle del río Ara
Llegar hasta el corredor de Ledorneur implica dar toda la vuelta al Vignemale hasta plantarte bajo su cara Noroeste. La zona es muy sombría y buscamos un lomo algo soleado para almorzar algo antes de entrar en el corredor, que tenemos en frente.
El corredor del Clot de la Hunt, el del bloque empotrado está muy seco y no parece que presente buenas condiciones.
Por la cresta del Clot de la Hunt allá arriba, vemos avanzar a dos personas con esquís en la mochila, así que parece que no somos los únicos aquí. Pronto encontramos sus huellas, deben de haber subido por el lado francés, desde al refugio de Oulettes de Gaube.
Antes de parar a almorzar
Comer algo nos viene de maravilla. porque la verdad es que íbamos bastante fundidos y tras comer algo y entrar en el corredor nos vamos recuperando.
De frente no habíamos podido ver si la nieve tenía continuidad, pero una vez en el corredor, vemos que si.
El corredor está bastante incómodo. Abajo la nieve está dura, pero conforme vamos ascendiendo tiene poca nieve y bastante inconsistente, hay un gran surco en su eje central que hay que cruzar continuamente y la pendiente es de entre 50 y 55º. En la salida encontramos un resalte de roca completamente pelado de nieve y con roca de mala calidad, que escalamos con cuidado.
Una vez arriba solo queda seguir la cresta, bordeando por la vertiente Sur-Oeste las dificultades, para llegar al Pico del Clot de la Hunt.
Rampa de entrada al corredor, a la izquierda la cumbre del Vignemale
Llegando a la cumbre del Clot de la Hunt
Glaciar del Vignemale desde la cumbre
Una vez en la cumbre se nos presenta la mayor dificultad del día, que es bajar de ahí, ya que la ruta que lleva hacia la Moskowa implica seguir por la afilada cresta nevada por la que además no ha pasado nadie, con el glaciar del Vignemale a un lado y los 1000 metros del corredor de Cerbillona al otro.
Los pasos son muy aéreos y afilados, pero con cuidado y paso firme, bajamos al collado de Cerbillona y de ahí a la vertiente de Moskowa.
En algún momento hay que ponerse a caballo en la arista
Desde la Moskowa, ya únicamente nos queda bajar hasta la cabaña de Cerbillonar, donde hemos dejado la tienda y a Bujaruelo. En esta ocasión, la nieve está en muy buenas condiciones (sopa como suele ser normal en esta vertiente pero bastante compacta) y bajamos rápido hasta el punto en el que hay que realizar el rapel (hay 2 pitones y bagas para rapelar justo al borde del punto de rapel).
Bajando al punto de rappel
Y así pasamos el día, llegando a Bujaruelo con las últimas luces después de 11 horas de actividad, sin duda dos días inolvidables disfrutando de uno de los rincones más bellos y solitarios del Pirineo...
Ultimas luces en los Gabietos