Con las recientes nevadas y el elevado riesgo de aludes en el resto del Pirineo, decidimos ir al valle de Belagua, donde las montañas tienen una menor altura y el riesgo de aludes es algo menor.
La cantidad de nieve caída hace que el Lakartxela, que no llega a los 2000 mts parezca una cumbre más elevada y lo que en verano es un sencillo lomo que une Lakeleta y Lakartxela, se convierte en una afilada arista, ganando un mayor interés.
Es una zona que nos queda cercana y aunque no solemos visitarla la llevamos muy dentro... en sus cumbres empezamos a sentir ese gusanillo de la montaña años atrás y volver siempre es cómodo y bonito.
Las recientes nevadas nos obligan a hundirnos hasta la rodilla en la parte inferior de la montaña y en la arista nos sorprende un remolino de viento y nieve, que estrella miles de cristales de hielo contra nuestra cara... al final la cosa se alrga por las condiciones y la travesía circular nos lleva 8 horas, subiendo al collado de Lapatia y bajando por el barranco de Arrako.
La cima de Lakora sobre la venta de Juan Pito.
Camino al collado de Lapatia.
En la espesura del bosque.
El reflejo de la luz en los arboles ciega los ojos.
El Anie y Añelarra.
Remolinos de nieve se estrellan en nuestra cara.
Pero llegando a la cima de Lakeleta el viento amaina.
Y seguimos el cordal hacia Lakartxela.
Con algún pequeño destrepe.
Y algún que otro flanqueo.
Anie y Añelarra, helados.
Suflé de nieve en el Pico de Ori.
Pene Blanqué y Mesa de los Tres Reyes.
Baracea o Pico de los Buitres, se queda para otro día.
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